Este año será desafiante en materia laboral para las compañías en Chile. Jorge Arredondo explica algunos de los cambios legales que las empresas deben tener en cuenta.
Los próximos meses serán desafiantes para las empresas chilenas en términos laborales. Esto, ante la aplicación de cuatro leyes clave.
La primera es la Ley de Delitos Económicos, que implica importantes cambios en el sistema penal chileno. En materia laboral, empresas y ejecutivos podrán ser penalmente responsables por delitos que tienen directa relación con la contratación y empleo de ciertos trabajadores; cuestiones de seguridad social y de la protección de la vida y salud de los trabajadores, ya sea directos o indirectos; en actividades del propio giro, derivado del rol de garante del empleador en estas materias, entre otros aspectos. Ante este escenario, se vuelve especialmente relevante la prevención de riesgos para las empresas.
Por otra parte, acaba de entrar en vigencia la Ley N° 21.561, conocida como “ley de las 40 horas”, que establece la reducción de la jornada semanal de trabajo. En lo más sustantivo, los empleadores ya tuvieron que reducir, obligatoriamente, las jornadas de trabajo de sus dependientes que se desempeñen en una jornada ordinaria de 45 horas, pasando a quedar afectos a un máximo de 44 horas. Aún existen importantes interrogantes respecto de su aplicación, como en lo que se refiere a la forma en que debe hacerse la reducción de jornada laboral, para cuando el año 2026 la reducción sea a 42 horas semanales, y no exista acuerdo entre el empleador y el trabajador respecto a la forma en que debe llevarse a cabo.
Así también, la nueva normativa redujo los supuestos de trabajadores que podían estar exentos de jornada, siendo estos, los gerentes y administradores, y aquellos que trabajan “sin fiscalización superior inmediata”, debido a la naturaleza de sus labores. En este aspecto, no hay claridad sobre el alcance de esta hipótesis, puesto que confunde la DT, en nuestro concepto, el control propio e inherente de una relación bajo vínculo de subordinación y dependencia, con la actividad auto determinada que puede llevar a cabo un trabajador que le habilita para estar “sin fiscalización superior inmediata”.
Otra normativa que entrará en vigencia este año es la denominada “Ley Karin”, que fortalece la regulación en materia de prevención, investigación y sanción del acoso laboral, sexual y violencia en el mundo del trabajo. Esta normativa establece que las relacionales laborales deben fundarse en un trato libre de violencia, compatible con la dignidad de la persona y con perspectiva de género. Además, se establece que el empleador está obligado a promover y erradicar las conductas contrarias a estos planteamientos, asumiendo un rol promocional, así como de investigación y sanción si fuese el caso.
Esta nueva ley transforma de manera importante las investigaciones internas de las empresas, manteniéndonos en la postura de que éstas pueden encomendarse a un experto ajeno a la organización, dada la idoneidad requerida, como por la importancia de las conclusiones jurídicas a las que se arriben. Será clave la revisión, actualización y modificación de reglamentos internos y la creación de políticas de prevención y actuación frente a conductas que estén dentro de aquellas reguladas por esta próxima ley.
Finalmente, en enero de este año entró en vigencia la ley que tiene por finalidad compatibilizar la vida personal, familiar y laboral de los trabajadores. Esta normativa enfatiza el nuevo rol que deben adoptar los empleadores, ya que los transforma en agentes activos en la promoción del equilibrio entre el trabajo y la vida privada. Ante esto, es fundamental que las empresas se informen sobre su nuevo rol y cómo responder a las demandas de la nueva normativa.
Así también, no podemos perder de vista en este contexto, el anuncio reciente del Ejecutivo en aras de avanzar en la presentación de un proyecto de ley que modifique el ámbito de las relaciones laborales colectivas, propiciando una negociación multinivel.
Como se puede observar, este año es desafiante en materia laboral para las compañías. Ante esto, es esencial estar debidamente informados y analizar los alcances particulares que estos cambios pueden producir en cada empresa.
Columna escrita por Jorge Arredondo, socio y líder del Grupo Laboral de Albagli Zaliasnik (az).
