Transición energética: Una maratón, no una carrera

Dic 9, 2024

Los invitamos a leer la columna escrita por nuestro director del Grupo Energía e Infraestructura, Federico Rodríguez, donde abordó el avance de la transición energética en Chile.

La transición energética no se ha visto restringida en Chile por el lado de la generación, sino más bien en el segmento de la transmisión y distribución. El año 2018, unimos los dos antiguos sistemas eléctricos (SING y SIC), para llevar energía barata (solar del norte, eólica del sur) hacia los centros de consumo.

Sin embargo, construir nuevas líneas de conexión desde el norte o desde el sur hacia el centro del país ha tomado mucho más tiempo que el considerado y, actualmente, la infraestructura de transmisión no permite llevar toda la energía a los centros de consumo. Muestra de esto es que solo el primer semestre se “perdió” alrededor de 2300 Gwh, lo que equivale a la producción de una central solar de 500 MW.

Según el World Economic Forum, los desafíos de la transición energética son la sostenibilidad, equidad y seguridad. Hemos hecho grandes avances en que nuestra matriz energética haya transitado en una década hacia las energías renovables, pero estamos muy atrás en seguridad y equidad.

Para que una matriz de generación se vaya alejando paulatinamente de los combustibles fósiles, es esencial entregar una señal clara al mercado, incentivando nuevas inversiones destinadas a entregarle mayor seguridad y continuidad al suministro.

La solución técnica ya existe, los medios de almacenamiento, sobre todo las baterías para generación y transmisión. Para impulsar el almacenamiento de forma efectiva, debemos desarrollar un reglamento de potencia claro y permanente en el tiempo, con un plazo de vigencia no menor a 20 años.

Además, el sistema de pago por potencia debe incentivar inversiones por un mayor número de horas que el actual, que privilegia inversiones para 3 a 4 horas. De tal forma, la seguridad y estabilidad del sistema eléctrico migrará desde centrales de respaldo en base a combustibles fósiles, a sistemas de almacenamiento.

Así también, es fundamental regular la operación de sistemas de almacenamiento, tanto para proyectos híbridos (asociados a generación) o aislados (stand alone). En ese sentido, se deben permitir retiros e inyección de energía en ambos tipos de proyectos; certificar que la carga de energía provenga de medios renovables y garantizar la inyección en horarios de mayor congestión y precio. El efecto será una reducción de los precios de horas punta, alimentada por una mayor generación de fuentes renovables, otorgando mayor acceso a energías renovables a bajo precio.

En el caso de la transmisión, se debe fomentar un plan de expansión, con un mecanismo centralizado, por el que se determinen las obras a nivel de transmisión. Éste debiera incluir expresamente el proceso de revisión y preparación de un plan más dinámico y eficiente, tomando períodos de ejecución más breves. En segundo lugar, se debiera impulsar el uso de baterías de almacenamiento y determinar claramente la remuneración adecuada al servicio que proveen al sistema, garantizando un despacho de energías renovables y mejorando la seguridad y estabilidad del sistema.

Ahora, tenemos también un caso de retroceso en equidad energética. En 2004, promocionamos la generación distribuida para entregar una señal de ubicación (de nuevo, cerca de los centros de consumo) a la generación, dejando de afectar a comunidades que no se beneficiaban directamente de precio de energía más baratos o que tenían que soportar los efectos de las líneas de transmisión necesarios para llevar esa energía a los centros de consumo. Los llamados PMGD, solucionan dos obstáculos; no requieren de grandes líneas de transmisión y no tienen efectos significativos en el medio ambiente.

A los PMGD se les dio un sistema de estabilización de precio (como los Contratos por Diferencias de UK), por el cual el sistema eléctrico (otros generadores a gran escala) les premia, cuando los costos son bajos. En 2019 se revisó y confirmó el sistema de Precio Estabilizado por 10 años. Esto atrajo mucha inversión y proveyó de una fuente renovable, de baja afectación ambiental y cercana a los centros de consumo.

Sin embargo, hoy el sistema de Precios Estabilizado está siendo revisado nuevamente. El gobierno actual, sin pensar que esto es una carrera de largo plazo, quiere cambiar ese régimen, tomando parte de los ingresos de los PMGD para subsidiar los precios de la energía, en un falso proyecto de equidad tarifaria.

Chile ha sido un ejemplo en la transición energética. Sin embargo, actualmente, estamos dando pasos contrarios por pensar que, en realidad, es una carrera de 400 metros y no una maratón.

Columna escrita por:

Federico Rodríguez | Director Grupo Energía e Infraestructura | frodriguezm@az.cl

Fuente: Guía Chile Energía, 06 diciembre. [Ver aquí]

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