En el marco del Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, los invitamos a leer la columna escrita por nuestro asociado senior del Grupo IP, Tech and Data, Carlos Lazcano, sobre cómo proteger los activos intangible.
Cada 21 de abril celebramos el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, una fecha proclamada por las Naciones Unidas para fomentar el pensamiento original como motor de desarrollo humano y económico. Sin embargo, la creatividad no solo es una virtud de artistas o inventores, sino que también es una fuente estratégica de valor que, si no se protege adecuadamente, puede ser fácilmente apropiada por terceros.
En un entorno donde los activos intangibles superan en valor a los físicos, resulta imprescindible que los creadores, emprendedores, empresas y organizaciones comprendan y protejan estos activos mediante las diversas herramientas que ofrece el sistema de propiedad intelectual. Aquí, cinco recomendaciones esenciales para cuidar el fruto de una mente creativa:
- El derecho de autor: Protege desde la primera idea plasmada.
En Chile, el derecho de autor protege obras literarias, artísticas, científicas y tecnológicas desde el momento de su creación. Si bien no es indispensable registrar este tipo de obras ante el Departamento de Derechos Intelectuales para que tengan protección, es recomendable hacerlo ya que el registro entrega una presunción legal de titularidad, la cual es muy útil ante disputas. Si eres diseñador, músico, programador o escritor, proteger tu obra es tan importante como crearla.
- La marca: Identidad que debe ser registrada.
Si creas un nombre, logo o eslogan para distinguir un producto o servicio, estás generando un signo distintivo. Pero ese signo solo tiene protección legal y da el derecho de uso exclusivo a su titular si está debidamente registrado como marca en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI). La marca es el activo más visible de tu proyecto y sin registro, queda expuesta a ser utilizada –o incluso registrada– por un tercero.
- Las patentes: cuando la innovación se puede proteger.
Una invención resuelve un problema de la técnica puede protegerse mediante patente de invención. Para ello, debe cumplir con los requisitos de novedad, nivel inventivo y aplicación industrial. Muchas soluciones desarrolladas por emprendedores, ingenieros, universidades o startups quedan sin protección simplemente por desconocimiento. La clave es presentar la solicitud antes de divulgar la invención.
- La confidencialidad: escudo invisible para las ideas en desarrollo.
Considerando que las ideas en sí nos son protegibles, sino que solo las obras en sí o las marcas, patentes, modelos y diseños, muchas ideas o pueden o no deben ser divulgadas públicamente para mantener su protección. En estos casos, es fundamental suscribir acuerdos de confidencialidad (NDA, por sus siglas en inglés) con potenciales socios, desarrolladores, inversionistas o proveedores. Con la finalidad que poner barreras a las fugas no autorizadas de información que puedan afectar el desarrollo de una idea o negocio.
- La estrategia es tan importante como la protección.
El diseño de una estrategia integral de protección de activos intangibles no debe ser una reacción tardía, sino parte del modelo de negocio desde sus primeras etapas. Muchas veces, combinar distintas herramientas (marca + derecho de autor + patente + secreto) ofrece la mejor cobertura. Por ejemplo, un videojuego puede proteger su software por derecho de autor, su nombre por marca, y su estrategia y plan de negocio mediante secreto.
En síntesis, cuidar lo que imaginamos, diseñamos o construimos con creatividad no solo es una medida de defensa, sino que es la forma de reconocer el valor real de nuestras ideas. En este Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, además de celebrar, es tiempo de actuar y valorar la innovación mediante su protección.
Columna escrita por:
Carlos Lazcano | Asociado Senior Grupo IP, Tech and Data | clazcano@az.cl