En una nueva celebración del Día Internacional del Libro, nos gustaría recordar un caso muy particular: el del autor norteamericano John Kennedy Toole y su famosa obra “La conjura de los Necios” publicada en 1980.
El autor escribió esta novela cerca del año 1962 y la envió a numerosas editoriales, pero lamentablemente todas rechazaron la obra, considerando que no se trataba de nada en concreto. Esto sumado a una profunda depresión, llevó a John Kennedy Toole a quitarse la vida algunos años después, a la edad de 31 años.
Casi 20 años después, su madre encontró los escritos de la novela y luego de leerla, comenzó a enviarla a distintas editoriales para su publicación, la que finalmente ocurrió el año 1980. La obra fue un éxito inmediato, entrando en el ranking de los libros más vendidos en varios países y siendo galardonada con un premio Pulitzer el año 1981. El reconocimiento que no obtuvo en vida llegó veinte años después.
La historia de John Kennedy Toole es un buen ejemplo de la importancia del Derecho de Autor, ya que su reconocimiento póstumo fue resguardado por sus derechos.
Sin un derecho de autor que la protegiera, la autoría de “La conjura de los Necios” podría haber sido reclamada por cualquiera y quizás nunca habríamos podido reconocer la genialidad de John Kennedy Toole. Por lo mismo, es importante contar un con sistema robusto, que permita a los autores y a sus obras estar debidamente protegidos, incluso después de su fallecimiento.
En nuestro país la protección del Derecho de Autor nace con la creación misma de la obra y continúa durante 70 años después de la muerte del autor. Si bien no hay un acuerdo, a nivel internacional la regla general suele ser que el Derecho de Autor tiene una duración de hasta 50 años después de la muerte del autor.
En AZ estamos comprometidos con la protección de la Propiedad Intelectual en todas sus formas y con la defensa de los derechos de miles de autores, editores y profesionales que forman parte de la cadena de la creación de un libro.
Por esta razón, nuestra Firma continúa impulsando el Observatorio Digital de Antipiratería (ODAPI) en conjunto con las casas editoriales más importantes del país, con el fin de lograr el objetivo de una mayor protección a las industrias creativas.
Por Juan Pablo Zamora, Asociado IP, Albagli Zaliasnik.
