El Pacto Mundial de las Naciones Unidas, estableció en 1999 que empresas e instituciones deben trabajar contra la corrupción en todas sus formas, incluidos extorsión y soborno. Veinte años después, en 2019, la ONU declaró que la erradicación de la corrupción es indispensable para el logro del desarrollo sostenible. En 2020, el Foro Económico Mundial actualizó el Manifiesto de Davos, incorporando -entre otros cambios- la tolerancia cero ante la corrupción.
La lucha contra la corrupción no es solo responsabilidad de los Estados, sino también del sector privado, la sociedad civil, los medios de comunicación y la academia. Todos tenemos un rol que cumplir en la prevención, detección, persecución y sanción de la corrupción en todas sus formas.
A nivel empresarial existen múltiples incentivos para colaborar en esta tarea. Para las empresas, la corrupción impide el crecimiento empresarial, aumenta los costos y expone a riesgos operativos, legales y reputacionales, aumenta los costos de transacción, socava la libre competencia, obstaculiza la inversión nacional y extranjera y distorsiona las prioridades de desarrollo.
A pesar de lo anterior, aún vemos que el compromiso en Chile de las empresas en la lucha contra la corrupción sigue siendo insuficiente. El rechazo explícito y tajante por parte de Directorios y Alta Dirección a toda forma de corrupción, la implementación de modelos de prevención de delitos adecuados y eficientes, la destinación de recursos suficientes a la función de cumplimiento, la investigación y sanción de irregularidades, la protección de los denunciantes, entre otras medidas, siguen siendo vistas por muchos como buenas prácticas, sin comprender que, en realidad, se trata de una ineludible necesidad para la sostenibilidad del negocio a mediano y largo plazo.
En este nuevo aniversario del día internacional contra la corrupción, reforzamos el llamado a directores, gerentes, trabajadores, proveedores, contratistas, inversionistas, organizaciones sindicales y gremiales, a hacerse cargo del rol que a cada uno le compete en esta tarea global. Cada paso avanzado hacia un Chile sin corrupción será un paso a un Chile más democrático y más justo.