Desde hace varios años el Servicio Nacional de Aduanas ha confirmado una tendencia al alza de las incautaciones de productos falsificados al ingresar a nuestro país. Sin embargo, la magnitud de lo informado en el último balance nos hace ver que todavía no estamos en el peak en lo que a incautaciones se refiere.
De acuerdo a los datos entregados en diciembre pasado por Aduanas, los productos incautados durante 2019 fueron 11.622.196 de unidades, lo que corresponde a un aumento del 63,69% al compararlo con las unidades incautadas en el año 2018.
Estos casi 12 millones de productos presuntamente falsificados alcanzan un valor de US$139.499.538.
Durante 2019 se incautaron más de 5 millones de productos potencialmente dañinos para las personas (que representan un 32,48% más que el año 2018), siendo en su mayoría juguetes, cosméticos y dispositivos médicos.
Los números anteriores no dicen relación necesariamente con un aumento en las transacciones de productos infractores de derechos de propiedad intelectual e industrial, sino que resultan sumamente ilustrativos de que los titulares de dichos derechos hoy, más que nunca, están utilizando las herramientas que la legislación les entrega para luchar contra el comercio de las falsificaciones.
Si bien la actividad realizada por Aduanas resulta clave, corresponde tan solo al hito inicial en la persecución judicial de las infracciones. En este punto debemos recordar que las facultades de Aduanas sólo les permiten retener temporalmente los productos presuntamente falsificados por 10 días hábiles y notificar a los titulares afectados por la infracción.
Si luego de esos 10 días hábiles no se realiza la gestión correspondiente por parte del titular de los derechos, Aduanas debe liberar los productos sospechosos. En otras palabras, para que los productos falsificados efectivamente se mantengan fuera del mercado, es necesario que los propios titulares de las obras y marcas falsificadas tomen acciones concretas al momento de ser notificados de una infracción.
Una forma de apoyo que resulta muy efectiva por parte de los titulares es participar de las Jornadas de Capacitación organizadas por el Servicio Nacional de Aduanas. En ellas, se puede transmitir a los funcionarios conocimiento que les permita identificar de forma más efectiva y eficiente los productos falsificados.
Información relativa a los envases y packaging, sellos contenidos, números de serie, e incluso características de la logística de las operaciones, como pueden ser los medios de transporte utilizados para despachar los productos o incluso los puertos de origen de los mismos permiten que los inspectores de Aduanas cuenten con mayores y mejores elementos para determinar si se encuentran ante productos infractores o legítimos.
Poseer un portafolio organizado y actualizado de los privilegios de Propiedad Intelectual e Industrial, y mantener una comunicación fluida con los funcionarios de Aduanas (incluyendo la comunicación de estos privilegios) son acciones básicas para cualquier titular que quiera proteger sus derechos de forma efectiva.