Chile tiene hoy una importante oportunidad en el almacenamiento de energía. De acuerdo con el Coordinador Eléctrico Nacional, nuestro país podría alcanzar hasta 4 GW de almacenamiento de cara al 2032.
El mayor rédito económico del almacenamiento de energía se espera a partir de la entrada en operación de 2000 MW de baterías en 2026, con un beneficio sistémico de US$513 millones.
Sin embargo, diversos expertos indican que el desafío es importante: actualmente, la red de transmisión de energía de nuestro país está saturada, ya que contamos con una sola red que cruza Chile. Ante esto, hay un alto número de vertimientos, lo que significa una importante pérdida de energía. En ese contexto, el gobierno anunció recientemente la expansión de la red de transmisión nacional.
En este escenario, el primer gran objetivo hacia la transición energética es eliminar el carbón como fuente de generación. En muchos países se han establecido metas para dejar de depender del carbón en un esfuerzo por reducir las emisiones de dióxido de carbono. En el caso de nuestro país, la meta es alcanzar dicho objetivo antes de 2036.
Desafíos
Antonio Rubilar, director de Derecho Público y Mercados Regulados de Albagli Zaliasnik (az), señala que uno de los principales desafíos sigue siendo el relativo
desconocimiento de los sistemas de almacenamiento y su impacto a nivel comercial. Sostiene que si bien hoy vemos cómo se están generando nuevos proyectos con almacenamiento, se echa de menos que otros actores del mercado (sobre todo aquellos con activos en estrés financiero) elijan estabilizar sus ingresos vía almacenamiento.
“Para lo anterior, se tienen que dar las señales regulatorias adecuadas para incentivar el reconocimiento del almacenamiento como una realidad. Un tema muy interesante también consiste en el reconocimiento de los sistemas generación-consumo eléctrico como, por ejemplo, los de hidrógeno o desalinización de agua, que siguen la senda de los sistemas de co-generación con venta de excedentes al sistema”, destaca.
Rubilar sostiene que, a nivel técnico, sin embargo, el almacenamiento sigue siendo caro, y que esa realidad —que no es propiamente técnica, sino que económica— seguirá incidiendo en la baja penetración de las baterías como método de estabilización de ingreso para energías renovables, optando a bloques horarios de mejor costo marginal.
Fuente: El Mercurio, 20 de febrero de 2024.
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