Cuando las empresas establecen políticas y controles sólidos, fomentan un entorno empresarial más transparente y ético.
Transparencia Internacional dio a conocer el Índice de Percepción de la Corrupción, donde Chile experimentó una disminución en su puntuación por primera vez en seis años.
Este índice, que califica a las naciones en un rango de 0 (mayor nivel de corrupción) a 100 (menor nivel de corrupción), reveló un descenso en la clasificación de Chile. Con una puntuación de 66, nuestro país se posicionó en el lugar 29 de entre los 180 países evaluados.
A pesar de superar el promedio de la región, que es de 44 puntos, los recientes escándalos de corrupción han tenido un impacto negativo en la percepción de la corrupción en Chile.
Cada país obtiene su puntaje mediante una combinación de al menos tres fuentes de datos recopiladas de 13 encuestas y evaluaciones sobre corrupción, llevadas a cabo por diversas instituciones de prestigio, incluyendo el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial.
En este contexto, es clave no pasar por alto la importancia de las recomendaciones de Transparencia Internacional, dirigidas a consolidar la independencia, la transparencia y la responsabilidad del aparato judicial. Asimismo, resulta vital mantener en perspectiva el rol crucial que desempeñan tanto las organizaciones privadas, las empresas y los ciudadanos en la lucha contra la corrupción.
En esta línea, cobran relevancia las directrices establecidas por la Ley de Delitos Económicos, en tanto se promueve que las empresas y otros organismos sujetos a esta ley establezcan internamente mecanismos de prevención, detección y respuesta adecuada a los actos de corrupción que puedan ocurrir en su interior.
La prevención de delitos, dentro de una empresa, contribuye significativamente a la reducción de la corrupción a nivel nacional. Cuando las empresas establecen políticas y controles sólidos para prevenir y detectar actividades ilícitas, no solo protegen sus propios intereses y reputación, sino que también fomentan un entorno empresarial más transparente y ético.
Este compromiso con la integridad empresarial establece un estándar elevado de conducta que puede influir positivamente en la cultura de cumplimiento y en las prácticas de gobernanza en todo el país. Además, al reducir la tolerancia hacia la corrupción en todos los niveles de la sociedad, se fortalece el Estado de Derecho y se promueve el desarrollo económico sostenible.
Para obtener más información sobre estos temas pueden contactar a nuestro grupo Compliance:
Francisca Franzani | Directora Grupo Compliance | ffranzani@az.cl
Jaime Viveros | Asociado, Grupo Compliance | jviveros@az.cl
Francisca Macchiavello | Asociada, Grupo Compliance | fmacchiavello@az.cl