¿Por qué no existe un «Capitán Yáber» para mujeres?

Nov 14, 2024

Los invitamos a leer la carta al director escrita por nuestra directora de Grupo Penal, Loreto Hoyos, sobre el sistema penitenciario chileno.

En nuestro país, la realidad carcelaria es deficitaria y pocas cosas lo exponen tan bien como el emblemático caso del módulo Capitán Yáber. Este espacio «especial» dentro del sistema penitenciario chileno busca ofrecer mayores niveles de seguridad, pero lo hace de forma selectiva: solo para reos masculinos acusados de delitos económicos o de «baja peligrosidad».

Pero, ¿por qué no existe un Capitán Yáber femenino? ¿Y por qué seguimos aceptando un sistema de protección sólo para algunos?

El problema no es solo la falta de una sección segura para mujeres. El problema de fondo es la normalización de un sistema carcelario que reconoce su propio déficit en términos de seguridad y trato digno, pero que, en vez de mejorar las condiciones para todos, crea espacios especiales sólo para algunos. Que exista un módulo como Capitán Yáber para los “menos peligrosos” evidencia un trato diferenciado.

¿Acaso los demás reos e imputados no merecen las mismas garantías de seguridad? No todos los reclusos pertenecen a organizaciones criminales, pero el sistema no parece considerarlo.

Es innegable que algunas prisiones de alta seguridad deben mantener bajo control a los criminales de alta peligrosidad. Sin embargo, ¿por qué algunos reclusos e imputados por delitos económicos tienen acceso a beneficios y seguridad que no se otorgan a otros? Este trato diferenciado, arraigado en normas obsoletas, normaliza una discriminación clasista y sexista en el sistema penitenciario.

En su origen, Capitán Yáber reflejaba la histórica predominancia masculina en el ámbito laboral y empresarial. Tradicionalmente, eran los hombres quienes en su mayoría ocupaban los cargos de poder y, en consecuencia, quienes podían cometer delitos económicos.

La necesidad de una unidad «segura» para este perfil de delincuentes encajaba en una estructura que ya de por sí discriminaba a la mujer en el acceso a estas esferas de poder. Pero esta realidad cambió.

Cabe destacar que las mujeres no son una minoría en espacios de toma de decisiones y, en consecuencia, también son susceptibles de cometer delitos económicos en los mismos términos que los hombres. Sin embargo, si una mujer incurre en este tipo de delito, es enviada a un centro penitenciario para delincuencia común y “menos seguro”.

Con todo, resulta claro que no se trata de crear un Capitán Yáber femenino, sino de repensar un sistema carcelario con normas actualizadas y justas, donde la seguridad y el trato digno no sean privilegios, sino derechos universales para todas las personas privadas de libertad, sin importar su género o el tipo de delito que hayan cometido.

Carta escrita por:

Loreto Hoyos | Directora Grupo Penal | lhoyos@az.cl

Fuente: Diario Constitucional, 07 noviembre. [Ver aquí]

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