Los invitamos a leer la carta al director escrita por nuestro asociado senior del Grupo Penal, David Segall, sobre el uso y abuso de la prisión preventiva.
En el último tiempo, la opinión pública ha asistido a múltiples audiencias de formalización de personajes de connotación pública, en las cuales los imputados han terminado sometidos a la medida cautelar más gravosa: la prisión preventiva.
Independiente del carácter público o no del imputado, estas audiencias han permitido visualizar un problema de larga data, cual es la verdadera desnaturalización de la prisión preventiva. Más que servir como un instrumento tendiente a disminuir la probabilidad de una reiteración delictiva mientras se prolongue el proceso, se ha convertido en una pena anticipada, utilizándose muchas veces un análisis cuasi matemático de prognosis de pena en el que se señala que, como en un hipotético juicio oral el imputado arriesga penas altas, debe entonces estar sometido a prisión preventiva, por ser su libertad un peligro para la seguridad de la sociedad.
Esta desnaturalización se acrecienta cuando las audiencias de formalización se transmiten en vivo, colocando mayor presión sobre los intervinientes y los jueces y transformando la discusión de medidas cautelares en una verdadera anticipación de un juicio de culpabilidad.
El proceso penal de un Estado democrático debe velar por el buen uso de instrumentos intensivos como la prisión preventiva. Su abuso solo acrecienta la posibilidad de obtener el peor resultado del sistema: personas sometidas a prisión preventiva que terminan siendo absueltas en juicio oral.
Carta escrita por:
David Segall | Asociado Senior Grupo Litigios Penales | dsegall@az.cl